Las instituciones especializadas en microfinanzas hemos trascendido del producto original que fue el crédito.
A través de los años hemos venido incorporando a nuestro portafolio de productos una serie de servicios como, pago de remesas, compra-venta de divisas, pago de servicios públicos, compra de tiempo aire para celulares, compra de seguros de vida, capacitación y programas de educación financiera. Todo lo anterior, con el propósito de generar una verdadera inclusión financiera de los micro y pequeños empresarios del país.
Nuestro entorno está expuesto a problemas de endeudamiento; en muchos casos, se dificulta administrar los ingresos, controlar los gastos y mantener los ahorros. Este tipo de situaciones afectan a la economía de las personas y por ello se hace necesario promover educación financiera, la que debe contribuir a mejorar las finanzas personales.
El crédito es una responsabilidad que va más allá de pagar una cuota mensual. El crédito puede jugar un papel muy positivo y efectivo cuando se utiliza correctamente, pero también puede ser muy perjudicial cuando es mal invertido.
Algunas instituciones financieras hemos venido implementando como una práctica de Responsabilidad Social Empresarial los programas de educación financiera, los cuales tienen como objetivo brindar a la población herramientas que les permitan mejorar el manejo de sus finanzas personales, del negocio y del hogar, así como preparar a los clientes para la toma de decisiones con criterio en el uso de los productos y servicios financieros, de tal manera que puedan optimizar sus recursos económicos, disminuir el riesgo, incrementar sus ahorros y generar valor, además ayudarlos a prevenir el sobreendeudamiento.
La educación financiera es un instrumento estratégico que promueve esquemas de trabajo responsable en el sistema financiero y se convierte en un complemento indispensable en las actividades de esta industria.
En el diseño de los programas, las instituciones deben incluir herramientas técnicas y educativas, que generen habilidades para el uso sostenible de los servicios financieros, ofrecer educación para el buen manejo del crédito y para crear cultura de ahorro y de seguros. Una educación financiera plenamente accesible beneficia al conjunto de la sociedad, reduciendo los riesgos de exclusión financiera y alentando a los clientes a planificar y a ahorrar.
La necesidad principal de la educación financiera es la difusión de una cultura financiera sana y transparente que permita a los clientes mejorar la administración de sus negocios, les permita ampliar mercados y alcanzar una gestión exitosa.
Desde el punto de vista de las instituciones especializadas en microfinanzas, los resultados de estos programas fortalecen otras gestiones tales como la atracción y retención de los clientes, contribuyen a colocaciones más eficientes del crédito, difusión de una cultura de endeudamiento responsable e indicadores de cartera adecuados.
No hay duda que para alcanzar un sistema financiero donde tanto las instituciones como los clientes ganen, se requiere de un proveedor de servicios eficiente y transparente y un consumidor responsable, informado y comprometido con el desarrollo de su negocio.
*GERENTE GENERAL FINANCIERA FAMA MIEMBRO DE ASOMIF
Deje un comentario
Está comentando como invitado.